miércoles, 2 de octubre de 2019

Antoñita de Linares 1968 - Fiesta en Punta Umbría






Formato: FLAC
Tamaño Rar: 57,62 MB

Antoñita de Linares que comenzó su carrera artística a mediados de los 60. En 1966 concretamente, graba su primer disco con los temas La Macarena sonríe, Linares es un lamento -dedicado al torero Manolete-, Manojo de estrellas y el tanguillo ¡Tela del telón! (que también registrara Flor de Córdoba).

En 1968 Graba su segundo Ep (que les ofrecemos en esta nueva entrega) con extraordinarios temas con los que obtuvo un gran reconocimiento artístico por su gran interpretación temas como: Junto al agua, Como yo lo Has bautizado, Mi cordera y fiesta en Punta Umbría.

En 1969, graba el EP, en el que rememora el clásico de Quintero/Leon/Quiroga Maruja Limón, estrenado unos años antes por la singular Gracia Montes, así como las rumbas Querer, Como una torre y con aires de milonga ¿Dónde estará mi vida?

En 1972, lanza otro EP con el sello Acropol en el que se incluyen También rezo a mi caballo, original de Alejandro Cintas y Estrellas y luceros, La mujer que se enamora y Presumo con lo mío, con letra y música de Bazán y García Tejero. En esta grabación le acompañan a la guitarra Juan Pascual y Pepín Salazar.
Tres años más tarde, Belter edita el ábum Gracia y arte de Antoñita de Linares. Forman parte de este elepé Así pasó, Las castañas del fuego, Se bambolea y Que no, ¡serrano que no! entre otros, todos ellos escritos por San Julián, Alejandro Cintas y Rafael Jaén.

Asimismo, en abril de 1977, interviene en Bellezas al desnudo, revista presentada en el sevillano Teatro Álvarez Quintero y un año más tarde Juan Ruiz Navarro prepara para la artista la fantasía arrevistada ¡Caray…Qué mujeres! junto a Manolito Díaz que tiene lugar de igual forma, en el Teatro Álvarez Quintero y sobre la que la crítica decía: Antoñita de Linares, espléndida de voz, destacada intérprete del cante flamenco, especialmente liviano, y con afortunadas incursiones en el cuplé. […] Sigue con su caudal de voz, bien templado, obteniendo el espontáneo y entusiasta jalear del público sobre todo en los fandangos a los que imprime personalísimo sello.


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