martes, 8 de septiembre de 2020

Antoñita Peñuela 1992 - Lo Mejor de






Formato: FLAC
Tamaño Rar: 391,21 MB

Antoñita sacó la cabeza al mundo en una familia obrera que había emigrado a Murcia para buscarse la vida. Cuando ella tenía tres años, sus padres volvieron a Jaén, a Torreperogil, donde vivió y cantó en el barrio de Corea, aunque ninguno de los suyos era artista: a ella le brotó de dentro, pura generación espontánea de tanguillo y verborrea. 

Su padre, Antonio, era carnicero y en los mentideros le llamaban “El Mataor”, así que a la niña Antonia le tocó ser “La Mataora”, diminuta y poderosa herencia nominal que resultó también un destino, porque acabaría casándose con un torero, con Manuel Ladrón de Guevara, como la época mandaba.

La cría cantaba mientras ayudaba a su padre en la carnicería y a los clientes se les caía la baba, por eso el pequeño negocio siempre estaba muy concurrido. La primera vez que actuó frente a un público potente fue colándose en un tablao -así era ella-: quien actuaba era Juanito Maravillas, pero acabó quitándole todo el protagonismo. 

Al poco, volvió a repetir misión durante la actuación de la Niña de Antequera en un pueblo cercano, Sabiote. No la paraba ni dios. Si ella se arrancaba, todo el mundo guardaba silencio. Y de esta manera, empujándole a la vida a trompicones, fue haciéndose un hueco en el mundo de la música.


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