lunes, 21 de febrero de 2022

Manolo el Malagueño 2015 - Aires de Vida 2CDs.

Formato: FLAC 
Tamaño Rar: 350,49 MB 

       Trazar en unas breves líneas la semblanza de un artista de la talla de Manolo «El Malagueño» no es fácil. 

En todo caso, más que de biógrafos sería tarea propia de poetas, porque sólo los poetas podrían intentar decirnos el porqué de las emociones que su cante suscita y si en su arte influyó, y hasta qué punto, el medio ambiente de la tierra que le vio nacer: Málaga, donde y ya nos acercamos a la poesía «crece la caña y se endulza, la chirimoya y se cimbrean sin miedo las palmeras más ; Málaga, la de olor a mar y jazmines; Málaga, «donde el aire no pesa y la vida corre como la brisa sobre el agua, con un escalofrío de gusto». 

Porque a todo esto sabe el cante de «El Malagueño» que, nacido en la ciudad del sol, un día de primavera, vivió en ella los primeros años de su niñez para trasladarse más tarde a otra ciudad que imprimiría reciedumbre a su carácter: Córdoba, «la pagana y milagrosa». 

Allí, solicitado por sus amistades, Manolo empezó a cantar por el simple placer de hacerlo, hasta que en 1943, Pepe Marchena, maestro de maestros y conocedor de la valía del mozo malagueño, le hizo debutar como profesional en el Teatro Fontalba de Madrid, con un súper-espectáculo titulado «La encontré en la serranía», siendo su primer empresario don Enrique Rambal. 

El éxito fue arrollador y Manolo «El Malagueño» recuerda siempre una agradable anécdota de por aquel entonces. Una mañana, don Jacinto Benavente coincidió con él en una cafetería, y al ver que estaba tomando leche y galletas, exclamó a modo de saludo: «¡Pero, Manolo! Creí que desayunabas con ruiseñores...» Han transcurrido los años y el triunfo ha sido siempre el compañero fiel de la carrera de Manolo «El Malagueño». 

El disco que tiene en sus manos es un excelente muestrario de su arte singular que le permite mantenerse en el pináculo de la fama y, desde luego, su mejor tarjeta de visita.

 

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