Formato: FLAC
Tamaño Rar: 277,80 MB
Hijo de un minero, cuando este fallece marcha con su madre, Clotilde Pozo, a Cádiz. Allí, de niño, descubre que está hecho para el flamenco y la copla. «Vivíamos en el barrio de La Viña, donde están todos los cantaores, y donde veía que había un bautizo o una juerga, me metía yo y decía que sabía cantar; por entonces me llamaba Emiliano».
En Cádiz se dio cuenta de que podía ganarse la vida con su talento y como le comentaron que en Valencia gustaba mucho el cante, marchó para allá, «y empecé a actuar en todos los festivales que hacían por las calles en Fallas». En Valencia conoció al maestro Codoñer, que empezó a escribirle sus propias coplas. Fue en Valencia, por cierto, cuando cambió el nombre artístico a Emi Bonilla y donde empezó a conocer a artistas de primera fila.
Tras un tiempo trabajando sin descanso, volvió a Córdoba a ver a sus paisanos y cuando trabajaba en el Teatro Soria, la famosa Manolita Chen lo fichó para su Teatro Chino al finalizar la temporada.
En el Teatro Soria, por cierto, daba sus primeros pasos Marifé de Triana, por entonces una artista desconocida. «Tenía que cantar las canciones que yo le prestaba porque su repertorio era muy chico, se las daba con mucho cariño porque siempre nos hemos llevado como hermanos», destaca.
Y con el Teatro Chino se instaló en Málaga, en la explanada de Santo Domingo, en una año muy recordado, 1954, porque a las dos semanas de actuar, «comenzó a nevar». En Málaga tendría de por vida Emi Bonilla su campamento base cuando, poco después, empezó a estar en auge la Costa del Sol y sobre todo, el pujante barrio de Torremolinos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario