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Paquita Rico: La trianera de bronce.
Nació Paca Rico, en uno de los barrios más entroncados con la tradición popular de Sevilla, cerca de la Calle Betis y el Guadalquivir. Allí, en Triana, aprendió desde muy niña el acento y sentir trianeros, sus costumbres y las más puras 'trianerías' en el sentido amplio del término.
De belleza aristocrática e íntimamente sevillana, recorrió por todo el mundo el nombre de su barrio sin ni siquiera llevarlo en su nombre artístico.
Cuenta Paca Rico, que una de las primeras canciones que aprendió siendo una niña, era aquella cuyo estribillo decía: ¡Ven a Triana, ven a Triana! Que en la calle Ruiseñor quien quiera acercarse al río, hay una pena de amor 'pa' tu corazón y el mío. Morena pena gitana, morena pena gitana, que florece en un jipío sobre el puente de Triana...
Sobre el puente de Triana, Paca Rico supo encarnar la historia de Lola Triana, aquella sevillana y trianera de la que hablaban por la ciudad, haciendo de su nombre un martirio: Que lo digan en Sevilla las lenguas 'murmuraoras' y que pongan por bandera mi cariño a todas horas.
Y me queman el 'sentío' de la noche a la mañana sin saber que está muriendo por amor, Lola Triana...
Y al llegar la Feria de Abril, sonaban en su voz por el Altozano, aquellas sevillanas: ¡Qué carita tan gitana madre mía de la Esperanza, rebrilla más que el lucero que sale por la mañana! ¡Ay qué gitana, alegría y orgullo de mi Triana!
O aquellas otras que decían: El 'nío' de mis amores lo tengo allá por Triana, con un patio lleno de flores y claveles en mi ventana.
¡Vaya salero mi Sevilla es orgullo del mundo entero!
Y fíjense si Paca Rico es trianera que según confesaba no hace mucho -con su gracia natural- la Reina María de las Mercedes era andaluza y trianera, por eso -proseguía- el guionista y director de la película ¿Dónde vas Alfonso XII? vieron conveniente que interpretara cuatro bellos temas que se encargaron de escribir Arozamena y Guillermo Cases: Por los cielos de Sevilla, con el puente y con el río, una octava maravilla.
Sevilla no hay más que una, la flor del Guadalquivir... ¿Qué sería Sevilla sin su reina más universal? ¿Qué sería Triana si le arrancaran el paso del río? ¿Qué sería Sevilla y Triana sin ella, sin la Reina, sin Triana entera, sin Paca Rico?
En Triana, hasta es aire es distinto; lo mismo que el andar y genio de sus mujeres o las maneras de responderle al torero en sus Chufliyas, llena de gracia: ¡Ay, toreri-torerito! Torero verde manzana, no te las des de bonito, ¡mira qué soy de Triana!.
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