El sello madrileño Hispavox reunió a las nativas Isabel Anger, Ángela Escribano, María José Ulla y la vikinga danesa, Doris Kruckenberg, todas ellas con unos cardados de proporciones bíblicas. Sin romperse mucho la cabeza, las bautizó como Las Chic, casi igual que sus colegas mexicanas.
Tras ensayos y ayudas presentan a finales de aquel año su primer disco: “Pon un Anillo en mi Dedo / La Noche, el Verano, el Amor / Viva el Amor / Verano de Amor” (Hispavox, 1965) con arreglos y producción de Augusto Algueró.
Las revistas juveniles les dedican un buen espacio y la noticia es tratada por los medios como una extravagancia, en plano de igualdad con los japoneses que cantan flamenco o el inglés que tomó la alternativa en la plaza de Marbella.
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