Negro Aquilino era el nombre artístico popular con el que se conocía al singular saxofonista cubano Aquilino Calzado González. Fue un artista de renombre en España entre 1932 y 1940 porque colmó el puente entre el flamenco y el saxofón, instrumento que nunca había sido considerado para el género hasta que él llegó. Su aportación fue tal que a menudo se le presentaba como Vallejo del saxofón, Guerrita del saxofón o Marchena del saxofón, apodos todos ellos que le comparaban por su arte y originalidad con los tres grandes maestros del cante jondo, Manuel Vallejo, Guerrita y Niño de Marchena. Consiguió sacar de su instrumento elegido la pasión y la fuerza expresiva del cante jondo, tocándolo como si cantara. Esta breve reseña que obtuvo en su momento deja entrever el éxito que alcanzaron sus interpretaciones:
Su saxo canta, más que toca, con toda su emoción, todo su sentimiento, el cante jondo, el más flamenco de todos, el que toca tu alma. Es una voz humana la que escuchamos en estos fandanguillos, estas guajiras, estas milongas y medias granainas. Estas cualidades artísticas le valieron a Aquilino los sobrenombres de Saxofón Humano y Mago del saxofón"
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